Casi siempre en el vacio de este trabajo nuestro de prestar imagen , se aprenden cosas. Nunca use joyas. Me gusta la desnudez de la piel, que ya es mucho, casi todo. Pero en estos dias me enseñaron a mirarlas, tal vez a verlas.
"Cuando camino por la calle y paso ante una joyeria qie merece la pena me detengo siempre y miro las joyas con la misma curiosidad que se siente al entrar a una galeria de arte. Me atrae el poder que tienen de concentrar tanta belleza en universo de diemensiones tan pequeñas, un universo hecho de materiales primarios tan unido aun a la naturaleza como el mismo ser humano. La huella del hombre y su capacidad de refinamiento pueden sentirse contemplando una joya. Como una imagen de la propia belleza. Como un poema encarcelado en el reducido espacio de la pagina de un libro, que se hecha a volar cuando alguien le posa los ojos encima. Me gusta imaginar las manos de los artesanos a traves de los siglos y del mundo con gestos precisos, delicados, siguiendo un hilo milenario que los guie en el intento de encerrar en un objeto el poder de la luz, y tal vez la luz misma. Cuando sale del taller una joya siempre espera a alguien. A partir del momento en que se encuentren empezara en realidad la vida de lo que hasta ahora solo habia sido una simiente. Se iniciara una relacion fisica, muy intima, piel contra piel con ese alguien y al mismo tiempo, se convertira en un simbolo que en la mayoria de los casos nos evocara un acto de amor. tal vez la presencia de alguien que ya no esta. Porque dentro del metal y de las piedras ha quedado, a la fuerza, la memoria del ritmo de su corazon. Por ello, las joyas tambien se van cargando de una energia misteriosa, hecha de muchos otros sentimientos; pasion, vanidad, poder, reconocimiento... Viajan en el tiempo conservando nuestras pulsaciones como si fueran un tesoro. Viven historias con nosotros y a veces las provocan ellas mismas hasta niveles legendarios. Em ocasiones tambien, segun como te las miras dejan que entres un ratiro en su mundo hecho de años y misterio..."
Lluis pascual, director de teatro
Estos dias ando prestando cuello, muñecas y orejas en una buena joyeria del paseo de gracia. Paredes azules estucado veneciano, muewbles de roble y escaparates con mucha alarama. La mia suena cuando se barajan esas cifras astronomicas como si propina para camarero. Y a pesar del buen trato recibido, cabe destacar el hijo de la casa con su saber infinito y nuestras conversaciones agradecidas y la divina mujer de la limpieza que me alimenta siempre que puede, mi rugido interior es mas fuerte que todo y no soporto tanta compostura. Cuando termino tengo ganas de correr. Y corro y corro, buscando mi libertad, gritandola.
Me acompaña " la catedral del mar" en las horas muertas. Y leo con devocion en una mezcla de asco y pasion, por lo trepidante de la narracion, por lo detestable de la epoca. Y me eboca a una de las joyas de mi estanteria que hace dias ehcho de menos. A quien preste " el perfume"? memoria de pez, la mia.
Parece que llegan nuevos proyectos,ansiosa estoy .Felicitaciones a los sagitarios. Tirando la flecha y para adelante. Yo lo soy en mitad. Besos.
